Un estudio publicado en la revista “Current Biology”, demuestra que las personas comparten sus preferencias olfativas independientemente de su origen cultural.
El estudio demuestra que la estructura de la molécula de olor determina si un olor se considera agradable o no. Los investigadores descubrieron que ciertos olores gustaban más que otros, independientemente de la filiación cultural de los participantes.
En el estudio participaron un total de 235 individuos de 10 culturas diferentes, a los que se pidió que clasificaran los olores en una escala de agradable a desagradable.
Entre los olores que se pidió a los participantes que clasificaran estaba el de la vainilla, que era el que mejor olía, seguido del butirato de etilo, que huele a melocotón. El olor que la mayoría de los participantes consideró menos agradable fue el del ácido isovalérico, que se encuentra en muchos alimentos, como el queso, la leche de soja y el zumo de manzana, pero también en el sudor de los pies.
“Ahora sabemos que existe una percepción universal de los olores que se rige por la estructura molecular y que explica por qué nos gusta o no un determinado olor”.
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