“No hay que ser alguien muy especial o inteligente para dedicarse a las matemáticas o la física. Son capacidades que se desarrollan, como cuando uno juega un deporte”.
De acuerdo con Guillermo Ramírez, profesor investigador del Instituto de Matemáticas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la idea socialmente establecida es que la física y matemáticas son para “una élite con habilidades especiales”, genera problemas prácticos en el día a día, pero que también inhibe posibles carreras en dos áreas laborales muy requeridas en tiempos de la cuarta revolución industrial.
“La tendencia es que la gente se sorprende como si fuera un animal raro o alguien muy singular, con una vida muy diferente a ellos. Pues no es cierto”.
Ramírez se especializa en un área de la física llamada teoría en materia condensada, “un campo muy amplio que estudia las propiedades de la materia en su fase sólida, líquida y gaseosa, tanto a nivel macroscópico como microscópico”, explica. “Soy doctor en matemáticas y no sé dividir con tres cifras ni sé calcular a mano una raíz cuadrada”.
En la última década comenzó a aplicar sus conocimientos en materia condensada y matemáticas para estudiar la evolución de los tumores malignos, particularmente, cómo el microambiente y el metabolismo influyen en la aparición del cáncer de mama. Este es apenas un ejemplo de cómo un campo que puede sonar teórico y lejano tiene profundas implicancias en la vida de las personas. Incluso las matemáticas, que según Ramírez son generalmente enseñadas y por ende percibidas como abstractas y aburridas, “nacieron para resolver problemas reales”.
Fuente: bbc.com