A finales del año 1914, la batalla de Ypres se paralizó y con ella, por algunos momentos, también la guerra.
Cuentan los archivos que los soldados alemanes entonaron la canción «Noche de Paz» a lo que los soldados ingleses respondieron inmediatamente con sus tradicionales cantos. Comenzaron poco a poco todos a salir con carteles en mano y escritos en inglés pidiendo cesación de la guerra.
Esa tarde, jugaron un buen partido de fútbol. Todos estaban reunidos en el campo cantando, comiendo lo que podían y disfrutando de la mejor manera posible. Las condiciones no eran las mejores y todos tenían la esperanza de regresar a su hogar pronto. Sin embargo, con la tregua de Navidad se conformaron.
Pasado el 25 de diciembre, cada soldado volvió a su trinchera; la tregua de Navidad había terminado. Sabían que era momento de regresar a la realidad que habían abandonado por unas cuantas horas. Para sorpresa de muchos, los altos mandos jamás replicaron el comportamiento de sus soldados. Simplemente no sucedió nada.